martes, 19 de febrero de 2008

Lluvia de invierno

La noche no invita a la alegria, ha llegado tras un dia oscuro de nubes contanstes y lluvia intermitente.
Hoy hubiera sido un día de esos en los que te apetecería estar en el regazo de tu pareja en casa, contando esos pequeños detalles que ha tenido la jornada. Supongo que eso será un handicap para dormir esta noche y no pensar mas de la cuenta.
La lluvia de hoy me ha traido a la mente los dias que pasamos juntos en un sitio precioso en la costa gallega, las Islas Cíes. Allí la sensación del paso de tiempo es extraña, las horas pasan y no tienes noción de la rapidez.
De todo aquello,hay un sitio especialmente significativo y que me trae muy buenos recuerdos, el faro grande.
Llegar hasta ese punto lleva poco mas de una hora de paseo, y digo de paseo porque el entorno y la compañia era tan entrañable, que no merece la pena acelerar el paso. Tras el paso por la zona de bosque frondosa, cuando alzas la vista, se vislumbra la ascensión haciendo un zig zag hasta el cielo, y, a medida que vas avanzando, las gaviotas se hacen a los lados como si de los guardianes del faro se trataran.
Una vez llegado a lo mas alto, el paisaje es estremecedor, mirando al horizonte, la imaginación vuela tan alto o incluso mas que las gaviotas y piensas en lo lejos que está la tierra firme mirando al oeste, y es que América, esta realmente lejos y te sientes realmente pequeño e insignificante en la inmensidad del oceano, pensando en lo que debieron vivir generaciones pasadas buscando una vida mejor.
En ese momento, ambos pensabamos que en algun momento de nuestras vidas, cruzariamos el mar y añadiriamos una nueva experiencia en aquel continente juntos, pero la vida da muchas vueltas y ahora me encuentro con esa futura experiencia en la agenda sabiendo que jamás la podré compartir con ella.

lunes, 18 de febrero de 2008

Soñando despierto

Este blog que empiezo hoy, es fruto de los momentos de insomnio y de los momentos del dia donde uno sueña despierto.
Las noches van pasando y cuando uno se esconde en la soledad de su cama, es cuando le vienen las ideas a la cabeza con mayor claridad. En mi caso, no es con mas claridad, sino con mas persistencia. De ahi la necesidad de contar una de esas pequeñas historias que tiene la vida, ya que es imposible seguir acumulando sentimientos y no compartirlos con nadie.
La mujer a la que amé, a la que amo y a la que siempre amaré, hace muchos años que ya no está a mi lado. Uno piensa que el tiempo lo cura todo, y no niego que en gran parte eso es cierto. Seguro que muchas de las personas que forman el dia a dia de esta sociedad lo han vivido, pero también tengo claro que cuando del corazón se trata, las cosas son muy diferentes, y ese es mi caso.
Tuve la gran suerte de conocer a la mujer de mi vida, cuando todavía eramos adolescentes en el instituto, y desde entonces, he vivido muchos de los momentos mas felices de mi vida junto a ella. Han pasado ya mas de una decena de años y muchos, lo he pasado a su lado, aunque ahora solo sea compartiendo amistad. Es cierto que en cierto modo, me encuentro en una situación privilegiada, porque la mayoria de las personas tras una relación fallida, se deshacen de todos los recuerdos compartidos y apenas vuelven a saber nada de esa gente con la que pasaron algún periodo de su vida. En ese aspecto, me siento afortunado de poder seguir viendo la persona que quieres y pasar buenos momentos.
Pero, por otro lado, se te desgarra el alma de volver a ver los ojos de esa persona y no tener ese brillo de deseo que un dia tuvieron y las lagrimas hacen fuerza por aparecer cuando ves que los labios que te decian "Te quiero" y que te besaban, ya no hacen mencion alguna de volver a aquellos años pasados.
Cada vez que la veo, pienso en todo lo que compartimos y en lo que podriamos volver a compartir si fuera lo suficientemente valiente en decirle todo lo que siento. Pero siempre me invade el mismo miedo, ¿y si pierdo lo que tengo de ella? ¿Cómo sé que si le digo que la quiero me seguirá permitiendo estar junto a ella sin sentirse incomoda?

Al mismo tiempo, quiero pensar y sueño despierto pensando en que tras esa conversacion demorada eternamente, ella me sonrie, llora de alegria y nos fundimos en un beso, como aquellos que le daba en los dias de tormenta bajo la lluvia o con la Torre Eiffel como imagen de fondo.