La vuelta a la primavera, es una mezcla de sensaciones. Por un lado el buen tiempo invita a disfrutar mas los momentos de relax, pero por otro lado, la mente revive momentos pasados. Y esos recuerdos hacen herida.
En dos meses, la vida de una persona cambia irremediablemente. En mi caso, por motivos de trabajo, quizá tenga que cambiar de ciudad, es para mejorar, y eso es bueno porque será la forma de desaparecer de una ciudad que me dió la espalda y me arrancó de la persona que mas he querido en mi vida.
Supongo que una vez que se rompe la magia, cada uno de nosotros piensa en como hubiera podido ser la vida junto a la persona a la que quieres y ya no podrás volver a querer. Sueñas con avanzar, con hacer todas esas cosas que cuando eres adolescente crees imposibles y que las deseas a medida que avanzan los años.
En mi caso, ya hace casi 4 años que no puedo vivir queriendo y hay situaciones de dolor, que seguirán siempre apareciendo.
Hace unos dias estuve en el concierto de un grupo que nos gustaba mucho a los dos, El Canto del Loco, la ultima vez que estuvimos en su concierto juntos, sentia su peso sobre mis hombros mientras coreabamos las canciones. Mientras sonaban las canciones esta semana, queria cerrar los ojos y poder volver a sentir el peso de su cuerpo en mi, y volver a cantar juntos esas canciones, que en su dia nos gustaban y con las que ahora ademas te identificas por el contenido de las letras. Ojala hubiera estado ella conmigo.
Pasan los años y no dejo de culparme por no haber sido capaz de mantener viva esa llama que se apagó en diciembre del 2004.
No fui mas que un crio con miedo, con miedo a querer y que te quieran. No habrá mujer en el mundo capaz de hacerme sentir lo mismo.
Pagaría por poder volver al pasado, y no hacer las estupideces que llevaron al desastre.
Tantas cosas en comun, y todas tiradas en un baul sin llave al fondo del mar.
Quiero volver a sentirla, y no puedo. Sé feliz Ana, al menos que uno de los dos, lo consiga.
Ayer te esperé y no viniste.
Era de noche y yo estaba en la puerta del hospital esperando como tantas veces a la salida de tu jornada laboral, la calle ya no parece la misma, o al menos no se ve de la misma forma.
Y es que no es lo mismo, esperar que tu dia se tiña de color e ilusión al verte, que esperar solo en la calle sabiendo que ya no estarás ahi.
Ojalá tengas a la persona que quieres ahi, esperandote como yo.
Hay espinas que quedan tan metidas, que no se pueden sacar. Pero esos años nadie me los podrá quitar, los tendré solo para mi. Serán eternos, los reviviré siempre que pueda.
Te quiero, mi vida
sábado, 12 de abril de 2008
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